20080103

De cómo hacer tac, tac, tac.

-Hello? -respondió cierta noche Violetta, en medio de un silencio que hizo titubear a Pig, no del todo seguro de llamar a ese número, donde seguramente no sería bienvenido.

-Tac, tac, tac -declaró desde lejos su Diablo Guardián.

-Yes, My Hero? -disparó ella de vuelta, lista para jugar.

-Tac, tac -desmintió el Diablo de la Guarda, telegrafista debutante, con el dedo temblando sobre la bocina.

-¿Vas a decirme que eres un pinche mudo? -quiso desesperarse Violetta, y Pig interpretó la respuesta en castellano como un pequeño triunfo de su ingenio.

-Tac -confirmó la uña del índice derecho.

-O sea que sí... -sonrió Violetta, entre contenta, resignada y curiosa.

-Tac -confesó victorioso el Diablo Guardián, y colgó de inmediato el teléfono público, lleno de la satisfacción culposa de quien cumple un deber irremediable. ¿Desampararla? Nunca. Ni de noche, ni de día.

Xavier Velasco, Diablo Guardián
Premio Alfaguara de novela 2003

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