20121105

23.48

Hoy...


es día en que aún no puedo perdonarme
por haberte dejado marchar sola esa noche de octubre. 
Lo intenté, ¿sabes?
En verdad lo hice. 
Y ni eso fue suficiente para que las cosas
pudieran ser como estaban escritas
(o más bien como creímos que las escribíamos).

Ahora escríbeme tus deseos. 
Tus placeres.
Quiero conocerlos,
aunque no sea posible hacerlo.


No hay comentarios.: